domingo, 2 de septiembre de 2012

Los sinsabores de la despedida


Todo en esta vida se acaba. Todo tiene un fin. Todo tiempo es poco. Y es que a muchas cosas te encariñas cuando has vivido una aventura similar: los desplazamientos por las increíbles highways americanas, las puestas de sol en Miami Beach, los paseos por Alton Road, los famosillos que se dejan ver por Lincoln, la tranquila playa, las miles de burguers y comida basura que me he comido... Pero con lo que uno se queda allá donde va son las personas. Tengo que agradecer a tantas personas esta aventura! Empezando por mis padres. Pero si hay una persona que ha hecho posible esto, esa es Paul, siempre atento a cualquier necesidad, comprensible, amable, con humor, un tío 10, al cual admiro profundamente. Otro es Jevon, al cual dediqué el pasado post, que me ha enseñado cómo ser un aventurero, cómo se viven los sueños, cómo vivir una vez. El complemento a este triángulo made in Miami, muy a mi pesar, tengo que añadir al "pinchypendejo" de José. Gringo y americano, que le gusta bromear, se apunta a todo, farrero como ninguno, uno de los mejores bro's que he conocido. Un grande. Un grande al cual agradezco que haya estado pendiente de mi y que se haya preocupado tanto por un chico que no conocía. Gracias r lo que he aprendido de ti, por los partidos locos al sol y por las yurri yurri. Y a partir de aquí vienen muchos nombres. Gracias Juani por tu locura y acento argentino, tu moto y tus asados. Gracias Pedro por ser tan simple, tan interesante y tan curioso, nos hemos reído lo suyo y nos vemos en España, marico. Gracias a Cath y Lizzy por dar hospitalidad a un desconocido, por las piscinas y por las copas en su casa. Gracias Cori por su arte y su carácter, su creepy y sus ideales. Gracias a Juanita y a su hermano Pedro, por invitarme a esos partidos de cancha abierta. Gracias a ta ta ta bo por ser uruguayo. Gracias a Joe por su paciencia y sus consejos, a Ron, el cowboy, por todo lo que me ha enseñado y por ser un compañero cojonudo para ese tipo de trabajo, un tipo que los tiene bien puestos. Gracias a Japy por sus raps y sus filosofadas, nos vemos pronto. Gracias a Nacho por encontrármelo en esta ciudad. Gracias a la gente de Chicago, Paul, BigTom, Joe y todos los otros monitores con los que pasamos grandes momentos, buenas tertulias nocturnas y los cigarrillos sabor oportunismo. Gracias a UF, Gainsville y su gente, en especial a Papa Jorge (esto es Jorge Barba al aparato...), a Mr. chiken Lucas y a Xipie, unos cracks de UF con los que pasé risas y tardes marcianas de consola. Gracias a mis compañeros de trabajo de oficina en FPL, Diego y Bruno, los cuales han logrado que el tiempo pase rápido con bromas y conversaciones sobre fútbol y otras banalidades, gracias colegas.  Gracias a Tekesta, también conocido como BBQ Center, y vaya si lo es. Grandes momentos con la Euro y con diversas visitas acompañadas de la mítica BBQ con su baño en el lago. Y por supuesto, gracias a vosotros que leéis, comentáis y espero que no os aburráis con este blog. Gracias a todos y cada uno de ellos, con lo que no habría sido posible estos tres meses (siento si me dejo alguno).
Ahora me espera un avión, mi entorno y un tren para empezar una nueva aventura en Pamplona. La verdad es que ayer, cuando volvía a casa, me emocioné. Se acabó uno de mis mejores veranos, una locura, un lugar donde he dejado parte de mi corazón en las personas y el lugar. Tengo esa sensación de que me dejo algo en Miami. Sí, dejo parte de mi yo a una ciudad que enamora. Pero nuestro amor es imposible. Un amor platónico que se recuerda en la soledad, que se recuerda entre el humo de un cigarro o de una copa a la luz de luna. Gracias por todo, gracias Miami. 

sábado, 1 de septiembre de 2012

El músico que persigue sus sueños


Lo conocí de casualidad, si es que existe el azar. A primera vista, creí estar tratando con una persona más. El tiempo me indicó que estaba equivocado. Se llama Jevon, filipino, vive en Miami y ha sido mi anfitrión durante mi estancia. Sus rasgos asiáticos prueban su procedencia. Viste simple cuando está en casa, pero denota estilo cuando se prepara para degustar a su público, al que hace sentir un sinfín de emociones con temas que llegan hasta el corazón, que brillan de talento y te sumergen en melodías que suenan a eternidad. Profesor de enfermería de día, músico por la noche. Bueno, a todas horas. Es un artista, un hombre que lleva la música en la sangre, que aprendió a tocar la guitarra, bajo, piano, batería y no sé qué más instrumentos con su tacto, su oído e Internet. Además de la música, sus otras pasiones son su perra Linda y su novia Juanita, encantadora, por cierto. En su tiempo libre se dedica a componer, practicar y descansar. Según dice, no hay nada mejor que un domingo en casa, comer pizza y ver la Nascar, la que considero aburrida, pero qué le haremos. De vez en cuando, en las situaciones que coincidimos, hablamos de todo un poco, pero su filosofía de vida asombraría a más de uno. No tiene miedo de vivir sus sueños. "You only live once", repite con calma, con un brillo en sus ojos que demuestra su fe por sus objetivos en la vida, los cuales cumple y demuestra por qué está donde está. Cosa que me sorprendió. Es más,  en vez de seguir su carrera como enfermero, optó por cumplir su sueño y ser músico. Ahora deslumbra cada semana en los locales de poco calado, pero que siempre se llenan.  También se le podría calificar de aventurero, pues decidió dejar a su familia y seguir su camino en esta vida. Su lema, "feel free", me marcará para toda la vida. Debo destacar que con cierta frecuencia, los fines de semanas, se levanta a las 5 am para prestar unos servicios de voluntariado a homeless, cosa que admiro mucho en él.  Debo agradecerle que me haya dejado habitar su hogar, conducir su coche, pero sobretodo, los consejos, las charlas y los buenos momentos que hemos pasado. Espero verle pronto y volver a sentir el flow de su vida que contagia a cualquiera, espero que siga cumpliendo sus sueños y que siga enamorando con su música y siendo un ejemplo como ha sido para mí. Gracias Jev, gracias.