domingo, 8 de julio de 2012
Ser paleta no está tan mal
Después de leer ciertos comentarios, voy a dedicar este post a describir mi vida como paleta. Sí, soy paleta, por dos semanas, pero paleta. Hay gente que sabe a lo que me refiero cuando realizo esta afirmación, otros, no tienen ni la más remota idea.
Así pues, uno se despierta temprano ya que hay que levantar al país, madrugando pues me queda un largo trayecto en coche, de unos 60-90 minutos. A las 6.30 sale uno de casa, pasa por el Burguer King y se detiene para consumir su café medium, sin azúcar ni cremas, que me han dicho que engordan. Si no hay tráfico, soy afortunado; si hay, pues lo que tiene y a esperar. Una vez llego a mi destino, me recogen y entramos en el recinto de la construcción: un mero piso, patas arriba, y lleno de herramientas y utensilios de construcción. Tengo dos pisos donde trabajar y hay uno que no tiene aire acondicionado y solo con moverte ya estás empapado y todo el polvo se adhiere al cuerpo. En ese sitio juego con ventaja, estoy acostumbrado por el coche. Se me hace extraño estar trabajando desde las 8.30 de la mañana. Pero, ¿qué haces exactamente? Os preguntareis... Pues gran variedad de cosas. No tengo un trabajo fijo, así que cada día cambio mi tarea. Un día fue mover muebles y acondicionar el lugar de trabajo, otro fue cambiar el suelo. Eso fue realmente duro, pues hay que quitar el suelo anterior (el material), poner pegamento ultramegasuper pegajoso (descubrí una nueva manera de depilarme las manos y los brazos, no muy recomendable, la verdad) y después poner trozos de madera con una secuencia determinada. Otro día fue pintar, algo simple, pero que estuve todo la jornada dándole al rodillo. En otra ocasión, me tocó coger una máquina y destruir baldosas. Al principio, como casi todo, parece divertido, pero cuando llevas 2 horas, cubierto de polvo, con el pelo fijado por la mierda, la barba blanca y las manos destrozadas, ya no es tan divertido. Por último, aprendí a poner baldosas. Bueno, en realidad yo realizaba los cortes necesarios para estas. Lo que pasó fue que tenía que cortarlas con una máquina y no sabía cómo hacerlo. Me llevó una hora aprender. Y lo curioso es que esta máquina escupe agua a la cara y al cuerpo (la he bautizado como "la Escupidora") y acabé haciendo los tallos sin camiseta y con todo el cuerpo manchado de agua de baldosa. Hay días que trabajas sin parar desde las 8.30 hasta las 16.30, depende del break para el lunch, y con calor, sueño y cansancio al no estar habituado. Tengo un compañero que sigue al pie de la letras eso de "sin prisa pero sin pausa", y la verdad es que tiene mucha razón.
Pero la compañía está genial: expertos en la materia, zorros viejos de la construcción de los cuales uno aprende todo lo necesario para llevar a cabo tus cometidos, y me parece una profesión muy interesante (ya sabéis a quien avisar para hacer obras) y estoy aprendiendo parte del negocio de los números y no está mal pagado, o eso creo. Y es que, después de todo, ser paleta no está tan mal
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yo quiero ser un paleta!!! pero de esos que viven en Miami, con coche, casa y curro. Vamos, INDEPENDIENTE, sueño (americano no, universal) de todo joven........... serás cabrón, paleta de mierda!!!!! un abrazo genio
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